La fabricación de este material ha ido evolucionando con el paso del tiempo.
Las primeras muestras que se encontraron en la antigüedad, estaban elaboradas a partir de pequeños trocitos de micas (minerales que se caracterizaban por su flexibilidad, elasticidad y brillo). Principalmente se usaban para la realización de pinturas rupestres, como la que podemos ver a continuación.
Pero la purpurina que conocemos actualmente tiene otro método de elaboración.
Hoy en día se forma a partir de la combinación de diminutas partículas (se estima que miden alrededor de 1 mm²) de diferentes materiales. Entre ellos nos podemos encontrar con pedazos de plástico, hojas de aluminio, dióxido de titanio y óxido de hierro que una vez pintados, crean su característico efecto de brillo cuando les refleja la luz.
Aunque si tu intención es poder fabricar este material en tu propia casa, estás de suerte ya que también existe una alternativa casera para poder crearla.
En el siguiente artículo os mostramos como lo podéis hacer: Cómo fabricar tu propia purpurina.